La yerba mate es una bebida tradicional de América del Sur, especialmente de Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil. Pero ¿sabías que también se consume en otras partes del mundo? En este post te contamos la historia de la yerba mate fuera de América Latina y cómo se ha convertido en un símbolo de cultura y amistad.
La yerba mate llegó a Europa en el siglo XVI, gracias a los exploradores españoles y portugueses que la trajeron desde el Nuevo Mundo. Al principio, su consumo era limitado a las clases altas y a los religiosos, que la usaban como una medicina o un estimulante. Sin embargo, con el tiempo, la yerba mate se fue popularizando entre la gente común, especialmente en países como España, Italia, Francia y Alemania.
Uno de los países europeos donde la yerba mate tiene más arraigo es Siria, donde se introdujo a finales del siglo XIX por los inmigrantes libaneses que habían vivido en Argentina. La yerba mate se adaptó al gusto local, mezclándola con otras hierbas como el cardamomo, el anís o la menta. La yerba mate se bebe en Siria como un signo de hospitalidad y de respeto, y se comparte en reuniones familiares o sociales.
Otro país donde la yerba mate ha tenido una gran difusión es Corea del Sur, donde se conoce como 마테차 (matecha). La yerba mate llegó a Corea del Sur en los años 80, cuando algunos coreanos que habían estudiado en Argentina regresaron con esta costumbre. La yerba mate se ha convertido en una bebida muy popular entre los jóvenes coreanos, que la consumen por sus beneficios para la salud y para el rendimiento académico. La yerba mate se vende en Corea del Sur en forma de té, de polvo o de cápsulas.
La yerba mate es una bebida que trasciende las fronteras y las culturas. Es una forma de conectar con otras personas, de compartir experiencias y que ha conquistado el paladar y el corazón de muchos alrededor del mundo.