Día a día el mate se abre espacio en nuestra sociedad. Hoy los jóvenes también se suman a esta tradición que trae consigo compartir y reflexionar. Muchos también lo beben para las largas jornadas de estudio o para acompañar su jornada.
En todas las esferas de nuestra sociedad el mate comienza a consolidarse como una tradición. Su sabor, propiedades y entorno lo transforman en una práctica que con el tiempo han empezado a disfrutar más y más los chilenos. Los jóvenes, por suerte, no se escapan de esta positiva tendencia.
Andrea Gajardo se recibió hace dos años de nutrición en la Universidad de Chile y actualmente da clases en la Universidad SEK, en su rutina diaria siempre está presente la yerba mate: “Desde que comencé a estudiar el mate fue un muy buen compañero. Te despierta y además, a diferencia del café, no es tan fuerte y no te provoca gastritis”. Andrea tuvo en su mamá a una consumidora de mate cercana, pero fue luego de un viaje por el sur de Chile y Argentina cuando se transformó en consumidora habitual. “Me gustó mucho el acto de compartir el mate, de no ir a un café o a un restaurant a tomarlo. El mate se ceba, prepara y comparte en un espacio público o en casa. Eso le da un valor agregado, de confianza, amistad y fraternidad”, dice la profesora de nutrición y dietética.
Stuardo Valenzuela es odontólogo hace un año y disfruta, como muchos jóvenes, diariamente de las bondades del mate. “Yo creo que los jóvenes toman más mate que antes porque hay una mayor cantidad de gente que ha tenido acceso a él. Antes no se conocía mucho la costumbre, ya que solamente se tomaba en el sur de Chile. Ahora con las posibilidades que existen de acceder a más información y también a viajar, tenemos más chances de adoptar este tipo tradiciones”, argumenta el joven odontólogo.
Las horas de estudio parecen ser las elegidas para iniciarse en esta infusión. “En mi casa siempre estuvo presente porque mi padre lo toma, ahí lo probé pero lo empecé a tomar de forma más frecuente en mi estadía en la universidad. “Ayuda mucho como compañía y para mantenerse despierto, en las noches que tienes que quedarte estudiando. Bueno, y como me gustó tanto, después de eso lo incorporé mi rutina diaria. Hoy lo bebo en el trabajo, lo comparto con mis colegas y con mis amigos”, relata Stuardo.
Respecto a las bondades de consumir mate, Andrea enfatiza: “a las mujeres nos ayuda un montón porque somos más ansiosas. Uno anda picando cosas entre comidas y tener el mate ahí, aplaca esa ansiedad. Además es positivo para el organismo porque hidrata, es diurético, y contiene hierro, vitaminas y antioxidantes”.
El odontólogo también aporta algo desde el punto de vista de su especialidad: “Es conveniente tomar mate, por ejemplo en vez del café, porque no mancha los dientes. Al ser ingerido mediante una bombilla la infusión pasa directamente, sin quedarse mucho tiempo en la boca”.
En gustos ambos jóvenes tienen su forma de tomarlo. Andrea lo prefiere más suave “no le echo mucha yerba y trato que el agua caiga sobre la bombilla. No me gusta muy fuerte”. En cambio Stuardo prefiere mate bien amargo, “eso sí, hay que esperar que el agua baje un poco de temperatura luego de hervir, porque si está muy caliente la yerba se quema y dura muy poco”.
Para terminar, Stuardo rememora como se toma la yerba en su casa: “es un rito familiar donde mi padre prepara el mate. Lo tomamos generalmente mientras compartimos un juego de mesa. Es una tradición que nos ayuda a sentirnos más unidos como familia”.
yo creo que Chile se está argentinisando a pasos agigantados y no creo que este bien, estamos perdiendo mucho de nosotros al mirar siempre a este pais vecino.
lo digo por lo que veo sobre todo en los jevenes y en mis hijos como hablan como argentinos, hablan de futbol argentino y musica tambien. dicen el “asadito” que no es algo tipico nuestro sino de ellos y muchas cosas mas que la verdad me enfadan.
sol
Hola Soledad,
Creemos que siempre se pueden rescatar cosas positivas de diversas culturas y en especial de países vecinos. En lo que respecta a la yerba mate, Chile tiene una tradición antiquísima de consumo, por lo tanto, tenemos en el consumo de mate también nuestra identidad.
Saludos,