Durante años se dijo que la mateína era un componente de la yerba mate que ayudaba a dar energía y estimular el sistema nervioso central. Esta aseveración por una parte es cierta y por otra no tanto.
Un estudio de la Universidad Nacional del Centro (Unicen), de Argentina reveló que la mateína no existe como tal, sino que es la denominación popular que se le da a la cafeína que contiene la yerba mate.
La cafeína
La cafeína fue descubierta el año 1819 por el alemán Friedlieb Ferdinand. El químico descubrió que era un alcaloide de sabor amargo que estimulaba el sistema nervioso central y producía efectos temporales como la desaparición del cansancio, de la somnolencia y la restauración del estado de alerta. Todos efectos reconocidos en la ingesta de mate.
“Popularmente se habla de que la yerba contiene mateína como sustancia energizante. Sin embargo, teniendo la oportunidad de usar equipos que permiten identificar sustancias prácticamente con total seguridad, nos decidimos a investigar si lo que había en la yerba mate se trataba de cafeína o algo distinto. Concluimos en que la mateína como tal no existe. Que el contenido correspondía a cafeína”, comentó Oscar Díaz, director del Departamento de Ingeniería Química de la Unicen respecto al estudio.
El mate contiene sustancias antioxidantes que retardan el envejecimiento celular y fortalecen el sistema inmunológico. Ayuda a controlar el apetito y también a quemar calorías. Además de conocidos efectos digestivos.
No hay dudas, la yerba mate hace bien. Nosotros lo impulsamos a no cambiar sus formas y a seguir diciendo que la mateína es la que le da esa lucidez y energía que todos conocemos cuando tomamos mate. Pero téngalo claro y cuéntele a sus amigos que la mateína es la cafeína presente en nuestra querida yerba mate.