El Mate ha estado presente en Sudamérica desde sus comienzos, debido a que las comunidades nativas consumían solamente productos cuya manufactura se adaptara al medio natural. La yerba mate funcionaba como una moneda de pago destacada entre comunidades, haciendo funcionar el intercambio cultural y productivo.
Los Charrúas
Habitaban las riveras del río Uruguay en la época de la conquista. Eran cercanos a la cultura guaraní, por lo que utilizaban implementos similares para el consumo del mate, pero aparte, ellos utilizaban la técnicas del masticado. La masticación les permitía extraer la mayor cantidad posible de componentes activos de la planta, a esto se le llamaba mambeo o coqueo.
Los Pampas
“La Pampa”, territorio central de Argentina denominado así por los españoles conquistadores, era hogar de muchas tribus nativas como los puelches, picunches, taluhets y diuihets, a las cuales se les llamaba indiscriminadamente “indios pampas”. Esta zona poseía tierras fértiles y partes desérticas, pero en ninguna de sus partes prosperaba el cultivo de yerba mate, por lo que tuvieron que recurrir al comercio e intercambio de bienes. El fin de conseguir esta yerba no era solamente el consumo, sino que esta era conseguida en exceso para después hacer trueques con otras comunidades que tampoco pudieran cultivarla.
Los Mapuches
La afición de los mapuches a la yerba mate se dió a cabo más que nada para realizar aspectos recreativos, como por ejemplo, cuando oscurecía, la familia se reunía en el fogón a tomar mate y a conversar. La mujer estaba atendiendo a los ancianos, a los niños, y al hombre. Todos escuchan la conversación y cuentan todo lo que vieron, sintieron, o pensaron durante el día. Siempre había algo que contar.
Evidentemente, el mate ha estado aquí en Sudamérica marcando nuestra cultura desde siempre, y sigue haciéndolo en la actualidad, gracias a todo el cariño que le guardamos. Cada comunidad, a su propia manera, le ha otorgado un uso distinto y un valor único a esta planta, creando así un amor que crece con el tiempo.