El mate es parte clave del alma uruguaya. Tanto como el fútbol o el asado. Es tan querido como Pepe Mujica, Galeano, Benedetti o Luisito Suárez. Los uruguayos no se separan de su termo, su yerba y su bombilla. Salir a la rambla de Montevideo sin el mate es como salir sin pantalones.
Parte de la cultura uruguaya
Los uruguayos son devotos materos. Ceban con una habilidad impresionante, caminando, en la micro, en el auto, arriba de la bicicleta. Pero la yerba mate no se produce en Uruguay, varias veces se ha tratado de cultivar sin éxito. Por eso cada año se importan más de 100 millones de dólares en yerba mate. La mayor cantidad llega desde Brasil, en menor medida de Argentina y Paraguay.
Uruguay es el mayor consumidor de yerba mate per cápita del mundo. Según un estudio realizado por el Instituto Argentino de la Yerba Mate los uruguayos consumen 6,8 kilos de mate por persona al año.
A los compatriotas de Pepe Mujica les gusta un tipo de yerba especial. Sin palitos, una yerba más ácida y amarga que la que se consume por ejemplo en Argentina. Una infusión más fuerte, con más carácter.
Está tan incrustada la tradición matera que incluso en todas las estaciones de servicio de Montevideo hay dispensadores de agua caliente para que los consumidores rellenen sus termos sin problemas. El costo es de 10 pesos, unos 235 pesos chilenos.
El famoso escritor Eduardo Galeano da algunas de las claves de por qué esta infusión cautivó tan profundamente a su país: “La yerba mate despierta a los dormidos, corrige a los haraganes y hace hermanas a las gentes que no se conocen”. Uruguay es un país hecho de yerba mate.