Cuando se menciona los países consumidores de mate, con frecuencia sólo se habla de Argentina, Uruguay y Paraguay, olvidando  la gran cantidad de “materos” que existe en el norte y sur de nuestro país.

Sucede que Chile fue gran fanático de la yerba mate hasta el siglo XIX, época en la cual se abrió a experimentar los placeres del té y del café, pero esto sólo en la capital, en el resto del país la costumbre de compartir una tarde de mates ha seguido vigente. Y, cómo no, si, además del placer que significa tomar la infusión, ésta nos aporta una serie de beneficios que otras yerbas no nos entregan.

La planta, de origen paraguayo, posee cerca de trescientas sustancias beneficiosas para el organismo, entre las cuales se cuentan aceites esenciales, vitamina B1, vitamina B2, vitamina A y vitamina C, además de polifenoles que actúan protegiendo al organismo (son antioxidantes). Asimismo tiene potasio, manganeso, hierro, magnesio, flúor y calcio, por lo que es considerado un alimento altamente nutricional.

De acuerdo a la opinión de nutricionistas, el mate es más sano que otras infusiones ya que la sustancia llamada mateína (xantina) debería multiplicarse por 100 para hacer el mismo efecto que la cafeína en términos de alterar los patrones del sueño, por ejemplo. Por otra parte, dicha sustancia provocaría una suave relajación en los músculos por lo que sería buen dilatador de los bronquios.

Cabe señalar que, para mantener las propiedades del mate, no es conveniente hervir el agua sino aplicarla a 80 grados Celsius.

De acuerdo a diversos estudios, el mate:

• Provoca un aumento en la energía y la concentración
• Estimula la respuesta inmune del organismo
• Tiene una acción positiva en casos de depresión
• Recomendable para deportistas porque retrasa la acumulación de ácido láctico
• Es diurético
• Es co-ayudante en planes de reducción de peso
• Vaso dilatador, por lo que reduciría la presión arterial
• Previene las caries

La historia indica que, en el sur de Chile, la gente tomaba mate a la hora en que los hombres volvían del trabajo en el campo y las mujeres rezaban el rosario. La reunión de la familia era asociada con el consumo del mate. Tal vez aquí nace la tradición, que se va dando en varios sectores de nuestro continente con las mismas características: la utilización del mate como alimento y también como elemento de unión afectiva.

Más energía y vitalidad, menos nerviosismo, menos ansiedad, más poder de concentración y aumento de resistencia a la fatiga física y mental, mejorando incluso el estado de ánimo en personas con depresión, son algunas de las bondades que nos ofrece esta maravillosa yerba que muchos han llamado, con razón, el “oro verde”. ¿Qué esperas para probar sus efectos?

Fuentes: Punto Vital,  Armonialive

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