Muy fría para combatir las temperaturas del centro del continente, caliente, pero no tanto, para no maltratar la yerba ni generar problemas en el esófago. En diversas partes de Sudamérica eligen distinta temperatura. Calentar el alma o refrescar el cuerpo, pero siempre juntando a la gente.
¿Mate frío o caliente?
Se pueden los dos. De las dos formas queda bien, pero con el mate caliente hay que tener más precauciones en su preparación.
Mate frío
El mate frío o tereré se toma con hielo y por la baja temperatura del agua la yerba impregna de menos sabor la infusión. Es una bebida suave y refrescante que para realzar su sabor se le agregan yuyos, que son hierbas para aromatizar y saborizar la bebida. Se toma principalmente en Paraguay. En el caso de la infusión fría, depende del gusto del consumidor y no tiene ningún tipo de contraindicación.
Mate caliente
En el caso del mate caliente hay más factores a considerar. Las altas temperaturas pueden quemar la hierba lo que provoca que el sabor sea más amargo (quemado), además de hacer que dure menos y se pueda disfrutar de una cantidad inferior de infusión.
La recomendación es que el agua no supere los 60 grados. Más de eso genera los problemas descritos anteriormente, además de representar una alerta para la salud. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda no tomar regularmente bebidas que superen los 70 grados, con el fin de prevenir el cáncer de esófago.
Cuando la temperatura del agua no supera los 60 grados el sabor de la yerba tiene la intensidad perfecta, el amargor y sabor justo, y se puede apreciar de mejor forma la infusión. Además, la yerba al no ser expuesta a altas temperaturas no se estresa y puede ser cebada en varias oportunidades más.
Frío o caliente el mate está a la disposición de sus amantes, listo para ser compartido, refrescando o abrigando el cuerpo y el espíritu.